¿Me contagié de Siliconitis Aguda?

Estoy decidida  a ser el pez fuera del agua. En las calles, en los centros comerciales, en las fiestas, en la familia, en las amistades, es común ver a una mujer operada. Algunas lucen estupendas. Otras me hacen pensar que el cirujano las estafó. No lo sé. No sé de cirugías, de operaciones. Este post surge de la necesidad de fijar mi posición en la era de la silicona. 

Jessica Rabbit: Una bomba sexy.

Me parece un tema sensible. Aclaro que esto no lo escribo para molestar, criticar u ofender a nadie. Si  alguien forma parte de las generalidades que tocaré a continuación, ya escapa de mis manos. 

Razón # 1: QUERER ESTAR BUENOTA 

Supuesta argumentación: Los hombres no me ven porque tengo los senos pequeños. No le voy a gustar a un hombre porque no tengo bubbies. 

Mi comentario al respecto: Un cerebro urgente para la chica, por favor. Cariño, si no atraes a los hombres es por tu grave carencia de autoestima. ¿En serio quieres a un hombre que sólo desee estar contigo por tus tetas? Si es así, en las páginas amarillas también aparecen psicólogos. 

Razón # 2: LA ROPA NO ME QUEDA BIEN 

Supuesta argumentación: Las blusas me quedan grandes. Parezco un hombre así me vista coqueta. Por más relleno que use, siempre me veo plana con la ropa. 

Mi comentario al respecto: ¿Quién nos metió en la cabeza que tienen que verse dos melones debajo de la blusa? Pues no, si eres plana, eres plana. Con las tetas grandes, la ropa no te quedará mejor. Tendrás la misma ropa y las tetas grandes. Esa es la diferencia. 

Razón # 3: NECESITO UN ESTIMULO 

Supuesta argumentación: Cuando me opere, ya no tendré complejos con mi cuerpo. Seré más sociable. 

Mi comentario al respecto: Construyes tu seguridad sobre silicona. La idea es que te aceptes como eres, superes tus complejos y luego decidas operarte o no.

Razón # 4:  SE BURLAN DE MÍ 

Supuesta argumentación: Se burlan de mí porque parezco un hombre. Porque parezco una tabla.

Mi comentario al respecto: ¿Y qué te importa lo que piensen los demás? Que se burlen. Es tu cuerpo. Valóralo. Tú aceptas tu cuerpo, no los demás. Qué triste es hacer algo porque los demás lo quieren así. 

Las razones anteriores son muy comunes entre las mujeres que se aumentan el busto. Nos acostumbraron a estereotipos y cada uno esconde un perverso juego. La delgadez extrema, la estatura, la voluptuosidad, la moda, la belleza. ¿Por qué quieres tener las tetas grandes? Pregúntatelo.  ¿Por qué quieres tener las tetas de una cubana? ¿Por qué quieres tenerlas como tu amiga? ¿Por qué? Si ellas; son ellas, y tú; eres tú. 

Las razones que me parecen validas: 

QUERER VERSE BIEN.  

Es como cuando decides llevar el cabello largo, porque el corto ya no te gusta y el largo se te ve mejor. Bueno, así. Decides colocarte implantes, porque ya no te gusta ser plana y grandes se ven mejor.

NO MÁS TETAS DE ORANGUTÁN 

Si pariste a diez hijos  y los amamantaste a todos. A lo mejor y en vez de tetas, tienes un buen par de chancletas. Si ese es tu caso, yo misma te contactaré al cirujano. 

Al menos una vieja feliz.

Otro punto a tocar es que algunas de las mujeres que se operan, una vez lo hacen, creen que las que no son operadas deberían someterse a cirugía. Te dicen “Anda, chama, opératelas”. O sea, NO. Si te operaste, te operaste tú. Las otras no están mal. Capaz estén menos buenotas. Pero no están mal. 

¿Realidad?

Hay otras que quieren operarse, pero no tienen la plata para hacerlo. Queridas hermanas, aun pueden redimirse en el camino. Las consuelo diciéndoles que si se levantan a un chamo, un hombre las invita a salir, o alguien se enamora de ustedes, no lo hacen por las tetas. Quizá sean bonitas, tengan gran personalidad o un gancho irresistible. Qué traumático debe de ser no saber si un hombre te pretende por quien eres o por tus tetas. Más traumático aún, no saber si un hombre se casa contigo por quien eres o por tus tetas. Y peor aún, no saber si está contigo por quien eres o por tus tetas. Ese mismo hombre sacará a tus tetas a pasear. No a ti.  De eso, las tallas pequeñas y planas están salvadas. Debería escribir un libro llamado “El Amor en los tiempos de la silicona”. Lograría Best Seller, lo sé.

Otro factor importante, es el de las selfies. Hasta donde tengo entendido este tipo de fotos se hace enfocando a la cara, no a las tetas. Prefiero que unos grandes ojos llamen la atención en la foto, a que la llamen unas tetas. ¡Ah, claro! ¿Cómo olvidarlo? Unos ojos grandes no consiguen tantos “Likes”. 

Si un macho vernáculo lee esto, a lo mejor y me denuncia. ¿Cómo puedo estar metiéndoles estas ideas doctrinarias a las féminas? Pues me da igual. Ya basta de dejarse llevar por los patrones que nos imponen. Pobres los hombres si todas las mujeres fuésemos tetonas, culonas, oxigenadas y ojos azules. NO. No somos Barbies. No somos plástico hecho en china. Somos seres humanos. Pensantes. Hay cosas más importantes en la vida que querer tener las tetas grandes. 

La mujer con los senos más grandes del mundo. Según.

Más allá de lo que digo, también soy mujer. También tengo crisis existenciales. Por no ser talla 36, no puedo cancharme los trajes de baño de mi hermana. Me quedan grandísimos. ¡Qué más da! Me encanta mi cuerpo. Me encantan mis tallas. Me acepté así y me amo así. Me acepté entre una mamá y una hermana de grandes bubbies. 

Frase cursi: Para mí, una sonrisa bonita conquista a cualquiera.

Por cierto, al final de cuentas, yo decido en mi vida y cada quien decide en la suya. Si os queréis operar, ¿Qué esperáis? Hacedlo. 

Tu vida te pertenece a ti. 

Conseguí en App Store una aplicación loquísima llamada: Plastic Surgery Simulator. Puedes agrandarte el busto, aumentarte los labios, arreglar tu nariz. Es decir, puedes convertirte en Michael Jackson en cuestiones de segundo. 

De los riegos de la cirugía plastica no hablaré.  ¡Ni que fuese una página de salud! 

Y no, no me contagié de Siliconitis Aguda. Tengo muy buenas defensas. 

Post data: ¿A cuántos machos vernáculos hice llorar con mi post?