Sí, sin duda, este es uno de los post más comprometedores que he escrito. No solo estoy dejando mi postura sobre el tema, sino que parece que me convierto en la autora de un manual potencial sobre cómo engatusar a tu pareja y ponerle la soga al cuello. ¡Arriba, cuaimas!
No sé ustedes, pero yo cuando me enamoro, me imagino la
vida entera con esa persona y hasta cómo deberían llamarse mis nietos. Yo no
nací el día de “hay que llevar las cosas
con calma” ni mucho menos el día de “como
vaya saliendo, vamos viendo”. Yo me hago las mil cabezas, el conflicto
interno y la crisis existencial.
Siempre que me gustaba un chamo, me fijaba en el apellido
y veía si combinaba con el mío. Visualizaba sus canas y sus arrugas y quedaba
fascinada. Una vejez con él era lo menos que podía esperar.
—¿Qué tal, Daniela? ¿En serio te gusta él? —preguntaba
una amiga mía.
—Bueno, sí, lo normal —respondía yo como si nada fumando
un tabaco.
—¿Qué tanto? —insistía mi amiga.
—Lo normal, solo me preocupa si nuestras pensiones nos
van alcanzar para morir tranquilos.
—…
¡Shhhhh! Yo no fumo. Exageración o no, seamos honestos, a
uno de ustedes seguro les ha pasado igual.
Y no se trata sobre si eres niña o no, conozco a más de
un hombre mal intenso que conoce a una chama y ya quiere que esta sea la madre de
sus hijos. Ojo, no tiene nada de malo. Las cosas hay que tomárselas en serio si
son importantes para ti.
Los
“peros” del matrimonio
Cuando se piensa en el matrimonio, aparecen demasiados “peros”:
Que todo el mundo en estos tiempos se divorcia, que si te casas; ya no es lo
mismo, que cuando te casas; tu pareja se aburre de ti y te es infiel, que
cuando te casas; pierdes la juventud, que cuando te casas; llueven meteoritos,
que cuando te casas; descubres el rabo de cochino de tu marido y un sinfín de disparates.
Y esperen, yo no tengo idea de qué es casarse. Quizá en
un futuro estaré escribiendo un post llamado “la maldición del matrimonio y
otros males”. Yo creo que con el matrimonio pasa como con muchas otras cosas:
Las personas que son infelices o tienen problemas en su relación, te van a
decir que el matrimonio todo lo cambia para mal.
La mayoría de las personas asumen que es imposible
cambiar un mal hábito o una situación negativa. Es decir, si tu esposa te grita
y te insulta, debes aceptarlo y lidiar con eso toda tu vida. ¿Por qué pensar
así? Como humanos debemos ser críticos, autocríticos y reflexionar qué estamos
haciendo mal. Si te la pasas todo el día tirado en el sofá revisando tu
teléfono, créeme, puedes cambiarlo y hacer algo grande con tu vida. No tienes
porqué aceptar que tu esposo siempre deje los platos tirados en el fregadero.
Tú puedes hacer que las cosas cambien para bien. Comienza con una conversación,
y si no funciona, recurre a la violencia… ¡NO, SOLO ES BROMA!
Si nos enfocamos en los cometarios negativos, entonces
nunca nos vamos a casar. Dejarás al pobre chamo con los crespos hechos, y si
eres hombre, a una pobre mujer vestida y alborotada. Antes de comenzar una
relación, hay que dejar las cosas claras. Si él no se quiere casar y tú sí,
tienes que evaluar qué tan posible es hacerlo cambiar de opinión. Quizá el tipo
esté tan convencido de nunca casarse que puede ser un poco complejo. Pero,
créeme, el amor ablanda al más terco.
Mostrar
otra perspectiva
Con Timoteo pasó algo parecido. Quien me conoce de cerca,
sabe que me encantan los finales felices en la vida real y que tengo un nivel
de optimismo tan alto que a veces hasta me resulta odioso para mí misma.
Timoteo era un caraqueñito rebelde que quería viajar por el mundo sin
compromisos. Yo lo dejé quieto, tarde o temprano sabía que iba a sucumbir antes
mis encantos.
—Pero, Daniela, ¿por qué me tengo que casar tan joven?
—preguntó nervioso.
Obviamente, lo último es un dialogo ficticio entre
Timoteo y yo. Uno no puede obligar a nadie a pensar como uno quisiera. Lo que
sí podemos hacer es mostrarle a esa persona otra perspectiva y que así pueda
decidir con cuál opción se queda. Timo todavía quiere ser un viajero por el mundo,
pero ahora quiere que yo lo acompañe en ese viaje.
Ya él y yo hemos hablado sobre el matrimonio. Creo que en
una relación que casi llega a los tres años, como es nuestro caso, ya debería
hablarse sobre el asunto. Y a lo mejor más de un noviecito piensa que les estoy
metiendo casquillos a las muchachas. Pero no, son temas de los que hay que
hablar. Es como en la adolescencia, alguien tiene que hablar sobre las
relaciones sexuales.
Aunque no hay fecha exacta, sé que puedo casarme en un
futuro próximo. En Venezuela, comprar
una casa y todas las cosas que se necesitan para vivir en matrimonio es muy
costoso. Son cosas que no se pueden comprar de un día para otro. Ni siquiera si
reúnes por un año todo tu salario. Si
tienes a alguien que te regale la casa o estás en un negocio con muy
buenas ganancias, aprovecha.
¿Qué les parece este utensilio? Estoy hecha hahahaha |
Hay parejas que saben cuándo deben casarse. Las
relaciones evolucionan y un noviazgo tan largo puede significar un problema aún
mayor. Siempre va a llegar el momento de dar otro paso. La oruga tiene que
convertirse en mariposa.
¡Ay, qué metáforas tan cursis!
Preguntas
claras y respuestas puntuales sobre el matrimonio:
1. ¿Importa la edad?
R: Creo que no importa la edad que tengas, si los dos
quieren casarse y tienen cómo vivir juntos, entonces háganlo. También, tomen en
cuenta si ambos están dispuestos a vivir en pareja y todo lo que ello significa.
Por ejemplo, si uno de los dos está estudiando en la universidad, será más
dificultoso atender a la otra persona, la casa y los estudios. Pero, bueno,
tampoco es imposible.
2. ¿Vas
a perder tu juventud?
R: Tu esposo (a)
puede ser tu mejor compañía para salir de fiesta, viajar y vivir
experiencias nuevas.
3. ¿Tus
amigos o familiares te van a criticar?
R: Sinceramente, si ellos hacen eso, no creo que sean tus
amigos o familiares. Además, si tienes pareja, debes tener cuidado con lo que
te diga un amigo soltero. Es muy fácil que esa persona hable y diga cualquier
cosa si no se ha enamorado.
4. ¿No
vas a poder lograr tus sueños?
R: Si tu sueño es ser la prostituta mejor pagada o ser el
tipo que se gane el Record Guinness
por acostarse con más mujeres, mejor no te cases. Tú y tu pareja pueden lograr
todos sus planes y sueños juntos… Y lo más bonito de todo es que ambos van a
presenciar el éxito del otro.
5. ¿No
crees en el matrimonio?
R: Es válido. Algunos piensan que solo es un papel. Y
bueno, sí lo es, pero si es importante para la otra persona, entonces deberías
considerarlo. También puedes cuestionarte por qué no crees en el matrimonio.
Quizá sea porque tus padres sean divorciados o tuvieron una relación muy
conflictiva. Eso puede influir en el asunto. En cuanto a mí, el matrimonio me
parece algo más simbólico.
Tú cuéntame en los comentarios qué significa el
matrimonio para ti. ¿Te quieres casar? ¿Te da miedo que las cosas salgan mal?
¿No le temes al matrimonio pero sí al divorcio?
Nota1: No temas casarte. Es mejor intentarlo a siempre
preguntarse cómo habría sido
Nota 2: NO ME VOY A CASAR AHORITA. SOLO ES UN POST SOBRE UN TEMA QUE LES PUEDE INTERESAR A GENTE DE MI EDAD.
Nota 2: NO ME VOY A CASAR AHORITA. SOLO ES UN POST SOBRE UN TEMA QUE LES PUEDE INTERESAR A GENTE DE MI EDAD.
“Si
me lees, por ejemplo, a las cuatro, comenzaré a ser feliz desde las tres”.
El principito.
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Me encantan, Dani. Muy buenos tus post, ¡Éxitos!
ResponderBorrarGracias por leerme, Maye. Qué linda. Un besote.
BorrarBien escrito. Interesante.
ResponderBorrarGracias por leerme, Tomy. Un abrazo.
BorrarDebo admitir que soy #TeamMeImaginoLaVidaEnteraContigo jajajaja! Excelente iniciativa, Dani. Besos!
ResponderBorrarGracias por leerme, mi niño. HAHAHA ya somos dos de ese team. Un abrazote.
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